La Colombia de hoy genera muchas sensaciones. La crispación de la calle por la crisis de la verdad, quizás se une a la visión que el mundo tiene de una tierra, que si bien ha sido escrita en muchos capítulos nefastos y signada por diversos flagelos, sigue siendo virgen. Cada cuatrenio intentamos remontar un destino, que con los dados cargado de la mafia, mantiene hegemonias para corromper, traficar, matar y subyugar. Muchos dirían que esos flagelos solo tienen un apartado: la politica. Otros quisieramos ser mas optimistas, pero no nos queda sino trabajar limpiamente y ser felices.
En la calle observo un joven que le faltan sus extremidades inferiores y es feliz sin necesidad de extender su mano para pedir una limosna. Una mujer que todos los días se levanta a las dos de la mañana a vender pescado y es feliz, aunque ella no lo ha pescado. Veo retornar a las seis de la mañana a la prostituta y es feliz, a pesar de las miradas malquerientes de las damas. Levanta el sacerdote su mano para impartir una bendidición y es feliz muy a pesar de que los feligreses no pudieron dejar su diezmo hoy. En el receptor se advierte una voz que irradia felicidad a pesar de que se agotan las pilas. A mi alrededor existe la felicidad; quizás porque los que no entramos en las estadísticas oficiales aprendimos a vivir con poco o porque somos felices optimistas, si pensamos en lo mucho que nos falta para ser dichosos.
Para mi infortunio, otros son infelices. Observo al politico que tiene tanto dinero que a su alrededor solo se ven sanguijuelas. ¿Para qué el poder que no hace feliz?. ¿ Será que quien no es feliz, solo puede determinar la muerte de otras felicidades?.
Para mi infortunio advierto al narco que pasa en su camioneta blindada con vidirios polarizados y a su alrededor pululan las extravagancias. ¿Para qué tanto anonimato que no hace feliz?. ¿Será que quien no es feliz, solo puede alimentar otras infelicidades?.
En los medios de comunicación observo y advierto opiniones públicas interesadas y a su alrededor pulula un pueblo ávido de verdades. ¿Para qué tantas mentiras a medias que hacen ricos mas no felices?. ¿Será que quien no es feliz, solo puede decir mentiras para enmascarar su infidelidad de conciencia? .
La Colombia de hoy genera muchas sensaciones. ¿Por qué intentar quitarnos estas felicidades que aprendimos a construir sin tener que insultar al gobierno o aliarnos para insultar al gobierno vecino e incluso sin ingresar a índice alguno? .¿Por qué quitarle la felicidad a un joven, ácaso no basta con las piernas que le quitó la naturaleza?. ¿Por qué quitarle la ilusión a la señora que vende pescado, si ella es feliz siendo una vendedora ambulante que no ingresa a las cifras de desempleo?. ¿Por qué señalar a la prostituta si ella es la que brinda los pocos momentos felices que tiene el politico y el narco?. ¿por qué no creer que una verdad a medias es sinonimo de felicidad?. Algún día los turistas del mundo, sin que le adviertan del peligro que representamos los felices, llegarán a este lugar del planeta y verán al pueblo que no retratan los medios, luchando solidariamente para cambiar la historia. ¡Quiera el Supremo hacedor que no sea tarde y cuando lleguen solo encuentren los infelices que salen todos los días en los medios posando con una sonrisa!.
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