PRESENCIA CALDENSE

Estamos hechos del mismo tejido de nuestros sueños

Shakespeare

Alumno vigoroso

Alumno vigoroso
¿Reconoce usted a este joven entre los alumnos de once de la tarde?

lunes, 23 de noviembre de 2009

LA MÁQUINA DE RAYOS X

MADRID.- La máquina de rayos X, que cambiaría el rumbo de la medicina gracias a su capacidad para atravesar los cuerpos opacos, como el humano, ha sido elegida como el invento científico "más importante del mundo", por delante de avances como la penicilina o la cápsula del Apolo 10. Así lo han considerado los cerca de 50.000 visitantes que en los últimos meses han participado en la encuesta propuesta por el personas el Museo de Ciencia de Londres para elegir el hallazgo científico que más impacto ha tenido en las vidas de las personas.
Con 9.581 votos, la máquina de rayos X se alza claramente con el primer puesto, seguida de la penicilina (6.825 votos) y la doble hélice de ADN (6.725). El profesor británico y presidente del Colegio Real de Radiólogos, Andy Adam, se ha mostrado "encantado" al conocer los resultados. "La cámara de rayos X ha revolucionado la práctica médica y esta tecnología ha avanzado tanto que estamos ya llegando a la era del 'paciente transparente' ", ha declarado al diario 'The Times'.
Los Rayos X vieron la luz el 8 de noviembre de 1895, gracias al trabajo del profesor Wilshelm Conrad Roentgen, que por este descubrimiento recibiría el Premio Nobel. Desde la Sociedad Española de Radiología Médica señalan que "la radiología ha contribuido de forma esencial a mejorar y favorecer la salud de la población general, tanto como el desarrollo de medicamentos".
En este 'Top 10' de los inventos más significativos, la máquina de Rayos X se ha impuesto a productos tan variados como el automóvil modelo T de la Ford, el primer vehículo familiar producido en masa; el motor de vapor, que desató la revolución industrial; el cohete alemán V2, el primer misil balístico que fue el precursor del cohete espacial; el telégrafo eléctrico; la primera locomotora moderna - la famosa 'Stephenson's Rocket-'; y la computadora 'Pilot ACE', la primera construida en Gran Bretaña.
"El hecho de que los tres primeros puestos estén ocupados por avances médicos indica que los ciudadanos aprecian mucho la investigación que sirva para mejorar su salud. Es lo más importante", indicó Ben Bradshaw, secretaria de Estado de Cultura y Deportes durante la presentación de los resultados.
Pero como en casi todas estas clasificaciones hay algún motivo de polémica, ésta no iba a ser menos. El invento que más ha dividido la opinión es el 'cohete V2' -que ha obtenido el puesto 5 del ránking-, ya que fue utilizado por el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial para bombardear Londres. Sin embargo, el experto Adrian Nahum señala que éste fue el primer objeto producido por el hombre que logró viajar más allá de la atmósfera de la Tierra.

EMBARAZO Y ADOLESCENCIA



Cuanto más felices sean y más expectativas de futuro tengan, mayores posibilidades existen de que no se queden embarazas durante la adolescencia. Este es el último hallazgo relacionado con las gestaciones juveniles no deseadas. Llega de la mano de científicos británicos y se produce tras una revisión de trabajos de calidad sobre los programas educativos que han constatado su eficacia a la hora de frenar los embarazos en las menores. Y, al parecer, aquéllos que luchan contra las desventajas socioeconómicas y, sobre todo, logran que los chicos y chicas se sientan a gusto en el colegio son los más efectivos.


"En países como Reino Unido o EEUU, el número de chicas que se queda embarazada supera al de otros países, pese a la puesta en marcha de distintas estrategias para reducir las cifras... Investigaciones recientes han constatado, además, que las medidas tradicionales [programas de educación sexual y mejora de los servicios sanitarios de contracepción] por sí solas son insuficientes para acometer este objetivo", aclara Angela Hardem, del Instituto de Salud y Desarrollo Humano de la Universidad de Londres y autora principal de la investigación.

Se refiere, concretamente, al fracaso detectado en una reciente investigación del Programa de Desarrollo para Jóvenes. Se trata de una adaptación británica del Programa Carrera, destinado a reducir la tasa de embarazos no deseados en Nueva York y que, sin embargo, al otro lado del Atlántico sí ha tenido éxito en este empeño. Las críticas vertidas desde EEUU se centran en que la versión de Reino Unido se ha implantado sin la metodología adecuada.

"Tal vez la razón de que haya fallado resida en que se ha centrado sólo en las personas con más posibilidades de llevar conductas sexuales de riesgo y en última instancia lo que ha conseguido ha sido unir a los adolescentes que más comportamientos de este tipo cometen", determina.

Desventajas sociales

Ante todas estas evidencias, el interés científico para 'tratar' de frenar los embarazos no deseados ha vuelto su mirada hacia los programas centrados en luchar contra las desventajas sociales [discriminación, pobreza, falta de trabajo de los padres, nivel educativo..], debido a que se trata de factores que claramente 'empujan' a los jóvenes hacia las conductas sexuales de riesgo.

Así, la nueva investigación, que ha visto la luz en el último 'British Medical Journal', ha evaluado su verdadera eficacia a través del análisis de los estudios realizados sobre ellos. "Diez trabajos que incluían grupo control y otros cinco ensayos fueron incluidos. Todos estudiaron las intervenciones tanto en niños como en jóvenes", se recuerda en el estudio.

Los datos revelan que las menores que van a disgusto al colegio, son infelices también en casa, no creen en su futuro ni esperan tener buenas oportunidades o están en desventaja económica son las que más posibilidades tienen de sufrir un embarazo. Por ello el número de embarazos no deseados fue un 39% menos entre los chicos y las chicas que recibieron las medidas educativas que entre aquéllos que se sometieron a las intervenciones clásicas (educación sexual) o a ninguna. Se trata de programas que promueven el éxito académico, el desarrollo social e intelectual en los menores de familias socialmente desaventajados, que ayudan al desarrollo de habilidades cognitivas de los pequeños, favorecen el control de los comportamientos violentos o mejoran las relaciones familiares. También son efectivos los que estimulan a los jóvenes a tomar decisiones, a mejorar su autoestima, a mantener mejores relaciones con los iguales o los promueven el acceso a cursos de formación que les faciliten el encuentro de un empleo.

"Deberían realizarse políticas destinadas a promover los programas de intervención y desarrollo precoces que frenen las desventajas sociales y que éstos se complementen con los de educación sexual y mejora de servicios de contracepción para poder reducir las gestaciones en la adolescencia", concluyen los autores.




CON EL CEREBRO

El cerebro tarda menos de medio segundo en encontrar la palabra que pronunciará



 El estudio muestra la actividad cerebral en tiempo real al tratar recuperar palabras

MADRID.- Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) en Barcelona muestra que el cerebro humano tarda menos de medio segundo en recuperar la palabra que el individuo necesita pronunciar en su discurso hablado. Los resultados del trabajo se publican esta semana en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

Según ha explicado Albert Costa, director del estudio, "el contexto de nuestro trabajo se asocia con el transcurso de tiempo en el que el cerebro recupera las palabras que el individuo quiere decir. Esto es, la rapidez con la que el cerebro accede a la información asociada a la palabra y cuánto tipo tarda en seleccionar la palabra exacta para el discurso hablado".

El estudio forma parte de un objetivo más amplio para obtener un mapa temporal de los diferentes pasos de procesamiento que el cerebro necesita para llevar a cabo la capacidad de hablar.

"Creemos que este mapa temporal nos ayudará a comprender mejor esta destacable habilidad humana y a ofrecer a la ciencia nuevas herramientas para explorar por qué se producen los fallos en el lenguaje hablado, así como otros errores del discurso en poblaciones sanas y en pacientes con daños cerebrales", añade Costa.

A partir sus resultados, los investigadores concluyen que el cerebro se ocupa con mucha rapidez del procesamiento del lenguaje y de la información asociada a las palabras, en particular en un periodo de 200 milisegundos (ms), y que el cerebro necesita alrededor de 180 ms para terminar con éxito esta operación y obtener la palabra que el sujeto quiere pronunciar en la corriente de producción del lenguaje.

Este es el primer estudio que proporciona una evidencia directa de la actividad cerebral en tiempo real cuando el cerebro comienza a recuperar palabras y cuánto tiempo necesita para recuperar la palabra relevante en el curso de la producción del lenguaje.

"Creemos que al proporcionar una información temporal tan definida habrá implicaciones importantes, tanto teóricas como de diagnóstico, para determinar cuándo y cuáles son las causas del discurso patológico en pacientes, como el tartamudeo, la afasia y el acento en lenguajes extranjeros, así como en la determinación de los factores que conducen al desarrollo de los trastornos del habla", concluye Costa.

El estudio fue dirigido por Albert Costa, profesor asociado en Psicología de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona y profesor investigador del ICREA, junto con Kristof Srijkers y Clara Martin. El equipo de Costa también contó con la colaboración del investigador Guillaume Thierry, de la Universidad de Bangor en Gales.



lunes, 16 de noviembre de 2009

EN BUSCA DEL OCIO PERDIDO


No sé si se han fijado alguna vez en que justo debajo de la pantalla de su televisor hay un botón. Está al lado de una lucecita verde. Es el botón de apagado de la electricidad. Se tienen que levantar y pulsarlo con el dedo. No vale con el mando. Ahora ya lo saben. Si su pantalla es plana o ultraplana, lo mismo está en otro sitio, pero, por lo general, se encuentra donde les digo. Pulsarlo de vez en cuando tiene al menos dos ventajas. La primera es que les abre a un mundo de actividades a las que dedicar sus ratos de ocio, escogidas por ustedes, más allá de lo que les ofrezcan otros a través de la socorrida caja negra. La segunda es que ayuda a reducir el consumo de electricidad, con lo que, de paso, le puede venir bien, a su conciencia, que, en tiempos prolongados de ocio, suele dar más la lata. Pero esto último lo pueden (y deberían) hacer todo el año cuando no usen el aparato. Es la primera ventaja la que me ocupa.


Dicen los especialistas en ocio, -esto es, los sociólogos y psicólogos que han estudiado cuestiones como el uso del tiempo libre y la ansiedad que provoca a algunos mayores y niños no tener nada que hacer- que se ha convertido en un espacio tan ocupado como el laboral , incluso en el caso de los pequeños a los que ya se les llena la vida durante el curso escolar de numerosas actividades fuera de la escuela. El exceso de trabajo es el culpable de este modelo de vida absurdo en el que, entre otras consecuencias negativas, se vive básicamente para el trabajo y poco para uno mismo y se enseña a los niños (que aprenden sobre todo con el ejemplo) a hacer lo mismo. Unas veces precisamente porque no se tiene tiempo para ello y otras porque no se sabe cómo, no se les acostumbra a idear sus propios entretenimientos. Seguro que esto ocurre en muchos casos porque los mayores que les rodean tampoco lo hacen. Cabe entonces preguntarse qué sentido tiene pasarse la vida moviéndose, sin pararse nunca a pensar. Cargada de tareas laborales y de ese exceso de actividades de ocio programadas. ¿Acaso es esto aprovechar el ocio? ¿No se estará más bien perdiendo?

Para algunas personas, ese planteamiento tiene sentido ya por el simple hecho de poder contar sus grandes viajes a los colegas; para otros, es una distinción de clase social, les hace sentir más importantes. Pero los expertos sugieren (y seguro que no tienen más que mirar a su alrededor con detenimiento para comprobarlo) que este exceso de actividades esconde a menudo simplemente miedo. Por ejemplo, a pensar (y ya ni que decir, a hablar) en lo que no se quiere pensar. Contaba hace unos días una psicóloga que, al plantear este mismo tema, una alumna de un curso de verano, le replicó: “Es que no quiero pensar, a esta edad ya no tengo nada en lo que pensar, prefiero dejarme llevar”. Dejarse llevar es una opción, desde luego, a cualquier edad. Hay tantas situaciones particulares como personas.

Pero, a pesar del miedo, se gana más tiempo parándose a pensar que haciendo sin pensar. El ocio puede usarse para ganar tiempo. Muchas personas se sienten insatisfechas cuando vuelven de vacaciones, dicen esos expertos a los que me refería antes, aparte evidentemente de por el hecho mismo de que se acaben y tener que volver a la rutina, porque no les ha servido para avanzar en nada. Les ha entretenido. Les puede haber encantado e ilustrado, seguro, ver, por ejemplo, la ciudad maya de Tulum, pero cuando vuelven a casa tienen el mismo sentimiento de insatisfacción que cuando se fueron. La razón es que no han dejado ni una pequeña parte de sus días libres sin una ocupación organizada. Libres, ¿para qué?, se preguntará más de uno.

Para reflexionar, crear, idear... Resulta difícil de creer que a nadie se le ocurra una buena idea (bien sea para aplicarla al terreno personal, como un cambio de hábitos, de casa o de gustos, al laboral o a nada) mientras espera en una cola para coger el ferry que le va a llevar a la octava isla griega o a la séptima ciudad del Europa del Este programada en su tour. Nadie dice que no se pueda disfrutar de la puesta de sol en Oia (Santorini) o en el embarcadero de Tibau do Sul (Brasil), pero siempre hay una vuelta a casa. Y si sólo se hace eso, poco se avanza, se mejora o se desarrolla uno. Desconectar viajando o haciendo mil cosas es, por lo general, incompatible con estar conectado con el resto de las cosas que pasan en tu vida. De hecho, la idea en esos casos suele ser no acordarse de ellas.

En cambio, muchas veces la inversión de ocio más gratificante y mejor aprovechada es la que se dedica a uno mismo. Incitar a hacerlo a un niño acostumbrado a que el entretenimiento le llegue planificado puede parecer duro al principio, pero se adaptan mejor de lo que parece. Piensen que, de esas elecciones hechas en la infancia para llenar el tiempo libre, puede salir un gran pintor, escritor o músico. No sería el primero. Pueden descubrir el principio de una vocación que difícilmente averiguarán en el trayecto en autobús entre la clase extraescolar de yudo y la de refuerzo de inglés.

Los que hemos tenido la amenaza del aburrimiento pendiendo sobre nuestras cabezas en interminables veranos infantiles en una casa del pueblo, en otra perdida en el campo o en una playa semidesierta no sabíamos entonces que nuestra dedicación voluntaria de horas y horas a la escritura, al dibujo, a tontear con un teclado... se estaba convirtiendo en una afición y en un aprendizaje. Que esas habilidades nos podían servir para desarrollar otras cuestiones (la música, por ejemplo, para las matemáticas, y la lectura, para escribir y expresarnos mejor o para desarrollar ideas) y que incluso con el tiempo, algunas de esas elecciones infantiles que inicialmente, como decía antes, perseguían ganar la batalla al aburrimiento acabarían convirtiéndose en una profesión.

Hagan la prueba. Métanse este otoño o invierno una semana (con o sin hijos) en una casa apartada en una sierra o en una playa cualquiera sin televisión ni internet. Quizá pinten, quizá escriban o lean, o hagan un repaso de la música country (por decir una) que les gustó una vez. Quizá incluso empiecen a tocarla o quizá se pongan a pintar. Escribir y pintar sacan fuera de uno muchos demonios. O ángeles, a quien los tenga. Leer llena la mente e incluso la vida de historias reales o imaginadas y también promueve la aparición de ideas. Las actividades en las que se realiza una actividad creativa, de forma activa no pasiva, pueden dar satisfacciones que sí que no tienen precio ni comparación. También están las pasivas, como ir a un concierto o escuchar música. Es verdad que eso también puede considerarse ocio bien aprovechado. En especial, las improvisadas.

Se me ocurre poner como ejemplo de todo esto a los siete guitarristas a los que vi actuar por casualidad hace unos días en un local de Madrid, el Honky Tonk. Un lunes, de agosto además, con la ciudad medio vacía parecía difícil encontrar algo interesante que hacer a media noche, después del cierre del periódico. Pero no fue así. Un grupo de colegas que tocan la guitarra en diversos grupos (Los Secretos, Greenwich Village…) han decidido dedicar su tiempo de ocio (algunos lunes por la noche que no trabajan), según me contaron, a tocar juntos por gusto. El portero y uno de los encargados del local nos convencieron de que merecía la pena oírles. Se hacen llamar Ensayonara (los ensayos, quedó claro, no son su prioridad) y dieron un concierto informal, haciendo versiones de conocidas canciones de country y rock pero que, a pesar del relax y la diversión que impregnaban el escenario (o precisamente por ellos), sonaban realmente bien (con permiso de los expertos). Al final se subió Juanma del Olmo, ex cantante y guitarrista de Los Elegantes, que había ido a escucharles. Y la estética resultó fabulosa: desde el banco izquierdo se veían los siete mástiles inclinados en fila (cuatro guitarras, un bajo, una mandolina y un dobro). Todo un cuadro. Ocio bien aprovechado, por ellos y por los que caímos por allí. Nosotros repetiremos, por tanto. Es sólo una idea.


APRENDER A ENTENDER



Vivir sin entender la ciencia es complicado en nuestros días -cambio climático, fuentes de energía, células madre, selección genética de los hijos, inteligencia artificial-, pero será casi imposible cuando los niños que ahora están en la escuela se hagan adultos. No es que vayan a tener difícil encontrar trabajo: es que ni siquiera van a poder opinar sobre las grandes cuestiones de su tiempo.



No sabemos cuáles serán esas grandes cuestiones. Ni siquiera podemos predecir cuáles van a ocupar los titulares la semana que viene, no digamos dentro de 20 años. Abigarrar los programas de estudios con todas las masas de detalles especializados que hoy creemos importantes no es la solución. Como no lo es someter a los joveens a un tratado de historia de la ciencia. Eso son reencarnaciones de la lista de los reyes godos, y entender la ciencia no es eso, sino asimilar una forma de pensar. La mejor forma de pensar que tenemos. Y que tendremos.


Desde tiempos de Galileo y Newton la ciencia ha producido un cuerpo de conocimiento inmenso, pero eso es sólo una pequeña fracción del que producirá en el futuro. La ciencia es una empresa activa y continua, y está continuamente mejorando sus modelos y teorías, y poniéndolos a prueba contra la realidad con experimentos cada vez más exigentes, inteligentes y refinados. El conocimiento científico progresa y se expande continuamente. Nunca va a haber una foto fija que lo congele, ni siquiera en el programa de estudios más exhaustivo.


La única forma de mantenerse al día con ese progreso acelerado es ser parte de él: asimilar en qué consisten las explicaciones racionales del mundo, cómo las descubrieron los mejores científicos del pasado, cómo las están explorando los investigadores del presente, y en qué consiste eso, y por qué se hace, y cómo ello transforma nuestras sociedades con más profundidad que cien guerras y mil fechas históricas.


La gravitación de Newton debe estar en los programas, desde luego, pero con la condición de que los niños la entiendan. Mientras eso no ocurra, ampliar el programa con una clase sobre la relatividad de Einstein será inútil. Y la clase de Newton también.


La preocupación por la falta de vocaciones científicas recorre la mayoría de los países desarrollados desde los años noventa: en España, las carreras de ciencias exactas y las técnicas tienen 77.000 estudiantes menos que en 1997 -las primeras, que han perdido un tercio del alumnado-. Ya en bachillerato, si en 2000 la mitad de los alumnos estudiaban opciones de ciencias (incluidas de la Salud) y tecnología, en 2008 eran el 45%.


Es imposible encontrar una razón única para explicar el problema. La dificultad de las materias, las salidas laborales o la falta de valoración social son causas comúnmente repetidas. Pero también se cuestiona cómo y qué se enseña sobre ciencia en colegios e institutos. Uno de "los mayores logros de la cultura europea" se ha convertido en una materia "que la mayoría encuentra alienante en el momento de dejar la escuela", concluye el estudio La Educación de las ciencias en Europa, de la Fundación británica Nuffield, dirigido por el profesor de la Universidad de Stanford Jonathan Osborne.


Hay un fuerte debate sobre si en la enseñanza obligatoria hay que centrarse en enseñar unos contenidos que sirvan de base para futuros científicos y técnicos, o más bien unas herramientas para que todo el mundo pueda acercarse a la ciencia y comprender el mundo a su alrededor. Osborne apuesta, sin duda, por lo segundo. Pero más allá de esa discusión, multitud de expertos creen que hace falta conectar mejor esas materias con la realidad, que no sean puros conceptos abstractos.


María Pilar Jiménez, profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, está inmersa en el proyecto europeo S-Team, que trata de difundir entre los profesores los métodos de investigación y experimentos, es decir, que sean los propios alumnos los que vayan descubriendo los conceptos a través de su experiencia en clase. "Se hace un experimento y luego el alumno tiene que escribir sobre él, saber separar las opiniones de la pruebas científicas. Por supuesto, harán falta explicaciones teóricas y los estudiantes tendrán que leer mucho", dice Jiménez. Pero eso requiere tiempo. De hecho, asegura Jiménez, no hay grandes resistencias entre los profesores, el problema es que, sobre todo en secundaria, esos métodos son incompatibles con "un programa larguísimo que hay que dar en muy pocas horas".


El conocimiento avanza hoy a tal velocidad que es imposible intentar enseñarlo todo, coinciden Osborne y Jiménez. Tanto el estudio de Nuffield como otro hecho en 2007 por la Academia de Ciencias de Estados Unidos (Llevando la ciencia a las escuelas), sugieren que los currículos deben elegir muy bien unos pocos contenidos básicos para desarrollarlos ampliamente. De tal manera que se conviertan en la herramienta para que el alumno pueda acceder constantemente a conocimientos nuevos.


"Por ejemplo, con la Literatura Española, no se intenta cubrir todo el canon, sino una selección de obras que ilustren qué es escribir bien y enganchen a los jóvenes. Pero con la ciencia, se intenta encajar hasta el último detalle. El milagro es que aún así haya jóvenes que se interesen por las ciencias", asegura Osborne.


Probablemente, el problema de la sobrecarga y la dispersión del currículo es menor en la primaria, y seguramente el contexto es mejor para ese tipo de aprendizaje activo y experimental. Pero hay otras preguntas. Para empezar, a qué edad un niño está preparado para los conceptos abstractos. María José Gómez Díaz, coordinadora del proyecto "El CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en la escuela" asegura que desde los dos o tres años, así que se trata simplemente de cómo enseñar a cada edad, unas conclusiones muy parecidas a algunas de las recogidas en el estudio de la academia estadounidense.


Lo importante es que los niños aprendan a investigar, "que se den cuenta de que detrás de la realidad hay algo que le da sentido", y meterles en la cabeza "la idea de que todo eso se puede aprender", dice José María López Sancho, director del programa escolar del CSIC. "Los niños tienen que aprender por modelos, que son representaciones simples de la realidad, pero eso tiene que ir adaptado a la edad, a la inteligencia de cada niño", concreta Gómez Díaz. El programa del CSIC pone a trabajar juntos a científicos y a profesores de primaria y primer ciclo de secundaria. En esas etapas, los profesores manejan muy bien la parte más pedagógica, de enganche emocional los alumnos, pero no tanto la cultura científica necesaria para adaptar esa enseñanza a cada edad, dicen los expertos. Ésa la parte que ofrece el programa del CSIC a unos 800 maestros de todas las autonomías.


Hay muchos y muy variados proyectos, y muchos profesionales y profesores se devanan los sesos para atraer a más chavales a la ciencia y la tecnología. Lo que parece claro es que "no hacer nada no es una opción", concluye el estudio europeo de 2008.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Descubren la mutación genética clave que permite el lenguaje en humanos



La mutación de un solo gen está detrás de la capacidad humana de comunicarse mediante el lenguaje, una característica que nos diferencia del resto de los primates. Se trata del gen FOXP2, cuya relación con el habla ya se conoce desde los años 90.

Ahora, en una investigación que publica la revista 'Nature', se ha descubierto que la alteración de dos aminoácidos en la cadena de una proteína codificada por este gen cambia la función de ésta y permite encender y apagar más de un centenar de genes, lo que nos otorga la capacidad de expresarnos verbalmente.

El hallazgo no sólo es importante para explicar una mutación que fue fundamental en nuestro pasado evolutivo, sino también para encontrar tratamientos para personas que tienen alterada esa capacidad, como los autistas o los esquizofrénicos.

La investigación, realizada por las universidades de California y Emory (Georgia), partió de una sospecha que ahora se ha confirmado: entre los humanos y los chimpancés hay dos mutaciones que afectan al FOXP2 y que facilitaron que la lengua emergiera en los humanos.

«Nuestro trabajo es el primero que examina los efectos de esos cambios en nuestras células. Comprobamos que las versiones de ese gen en humanos y chimpancés no sólo parecen diferentes, sino que sus funciones también lo son y ello puede explicar porqué los cerebros humanos tienen el circuito del habla y los de otros primates no», explica Daniel Geschwind, uno de los biólogos firmantes de este trabajo.

El biólogo español Carles Lalueza, de la Unidad de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) añade otra conclusión importante: «Esta investigación nos revela que, aunque estamos muy relacionados genéticamente con los chimpancés, el resultado final es que somos muy diferentes porque hay pequeñas mutaciones, como éstas, que dan lugar a cambios muy importantes porque afectan a muchos otros genes».



COSAS DE LOCOS


Para explicar su internamiento durante cinco años en el manicomio londinense de Bethlem, en el siglo XVII, el dramaturgo inglés Nathaniel Lee resumió lo ocurrido con una frase que hoy sería un magnífico titular: "Me llamaron loco y yo les llamé locos; y entonces, maldita sea, me ganaron por mayoría". Todos los días, en algún lugar, una locura establecida, por mayoría o por fuerza, trata de imponerse como sentido común, mientras el disenso es cosa de locos. Hasta que la locura se desmorona y el disenso aparece sensato como un pan. Podríamos hablar así de un método Nathaniel Lee para interpretar la historia y leer la prensa de cada día. Una junta de militares psicópatas, que han conquistado su propio país, Myanmar (Birmania), se dispone a prolongar la cautividad de la Nobel Suu Kyi para impedir que el pueblo la elija de nuevo. Una mujer ceñida a sus huesos, una loca que recomienda no invertir en dukkha (sufrimiento) para ganar en sukkha (bendición), que cada vez que habla con su voz baja pone en evidencia la gran locura de los depredadores. Como gran locura fue crear Guantánamo, ese grillete que ha dejado Bush en los pies de Obama. Hubo locos valientes, Amnistía Internacional, que denunciaron la locura desde el primer momento. Como los hubo para diagnosticar la actual crisis antes de que las gallinas oscureciesen el cielo. En España llevábamos años en que el ladrillo no nos dejaba ver el bosque, ni el mar, ni la vergüenza. Era la gran locura compartida. Hubo locos disidentes que alertaron, en rigurosos informes, como en Destrucción a toda costa, de Greenpeace, de la enfermedad psicosomática del insostenible crecimiento español. Locura es la nueva legislación aprobada en Italia para criminalizar al inmigrante sin papeles. Como locura oficial es la del Papa y su teología del preservativo. El problema es que en el Vaticano no hay ningún loco, aunque son mayoría. Maldita sea, señor Lee.
LA COLA

Cuatro generaciones ocupan un siglo. Por otra parte se calcula en cien mil millones el número de habitantes humanos que ha pasado ya por este planeta. Imagina que ese gentío está todo en pie agolpado a nuestra espalda formando una densa cola y cada generación se halla separada por un metro de distancia. Si uno recorriera esa cola en sentido inverso, como quien pasa revista a la historia, cuatro metros detrás estaría Einstein elaborando la ley de la relatividad; a trece metros podríamos ver a Napoleón en Waterloo; dieciséis metros más allá sería el Renacimiento con Lorenzo de Médicis, Leonardo da Vinci y Galileo; a ochenta metros podríamos ver a Jesús de Nazaret en el Gólgota; a cien metros aparecería Sócrates dentro de una sábana en el ágora; muy cerca estaría Buda bajo la higuera y un poco más allá de los griegos nos harían señales con la mano algunos faraones. Luego vendría un gran espacio muerto, tierra de nadie y habría que empezar a contar no en siglos, sino en millones de años. Tendríamos que recorrer cuatrocientos metros hacía atrás para llegar al neolítico. Después la cola se perdería en el horizonte y a cuatro kilómetros descubriríamos al homo sapiens, a veinte kilómetros veríamos a un primate manejando por primera vez el fuego, a treinta y dos kilómetros estaríamos en Atapuerca y a trescientos veinte kilómetros llegaríamos al reino común que compartimos un día con los gorilas y chimpancés. Sobre esa inmensa cola de cien mil millones de seres sólo ha brillado la inteligencia en un ínfimo tramo. El resto fue un abismo antes de que lentamente sobre esa insondable muchedumbre comenzara a clarear la conciencia. Nadie se cuestiona hoy si el hombre de Atapuerca está en el cielo o en el infierno, pero uno se pregunta quién sería el que introdujo en esa cola el sentido de la culpa y el castigo, quién predicó la inmortalidad y comenzó a enterrar a los muertos, quién se coronó con unos cuernos de oro e impuso la ley del más fuerte. Es evidente que en los últimos metros de esa cola unos pocos héroes han conquistado la libertad entre terribles convulsiones, pero el río humano continúa de forma convulsa y uniformemente acelerada hacia lo desconocido. Unos metros más adelante y la humanidad ya estará plantando tomates en otro planeta.

MANUEL VICENT




CON LOS NO CREYENTES

"Probablemente no hay dios, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida". Este eslogan lucirá en los autobuses de Londres a mediados de enero. Se trata de la primera campaña ateísta en Reino Unido financiada con donaciones de contribuyentes anónimos. Y ha sido un éxito. Preveían recaudar 5.500 libras (6.500 euros) y en tan sólo dos días reunieron 10 veces más. No es algo aislado. Esta semana se ha puesto en marcha una iniciativa similar en Washington. Los ensayos que arremeten contra la religión se convierten en superventas y, en España, aumentan las solicitudes de apostasía. Parece que la hora de los no creyentes ha llegado. ¿Está el ateísmo tomando una nueva conciencia más activa en la sociedad?
No es fácil confesar que uno es ateo, es decir, que niega la existencia de Dios, según señala el biólogo Richard Dawkins, conocido como el rottweiler de Darwin por su férrea defensa de la teoría evolucionista. "La situación de los ateos hoy en día en América es comparable a la de los homosexuales 50 años atrás", escribe Dawkins en el ensayo El espejismo de Dios (Espasa Calpe), que ha vendido 1,5 millones de ejemplares. "Los ateos son mucho más numerosos, sobre todo entre la élite educada, de lo que muchos creen", prosigue. El problema es que, a diferencia de otros grupos religiosos, no están organizados. "Un buen primer paso podría ser generar una masa crítica con aquellos que desean salir a la luz y así animar a otros a hacer lo mismo. Pueden hacer mucho ruido".



Ruido considerable es el que ha conseguido la citada campaña del autobús ateísta británico. La gestiona la British Humanist Association -una organización que promueve acabar con la privilegiada posición de la religión en la ley, la educación y los medios de comunicación- a través de la web www.justgiving.com/atheistbus. Su patrocinador más ilustre es el propio Dawkins. Iniciada el 21 de octubre, se propuso recaudar 5.500 libras (6.500 euros, el coste de un mes de los anuncios en 30 autobuses) y sólo necesitó dos horas para conseguirlos. En dos días, ya tenían 58.900. La cuenta ya va por 143.200 euros.
"Los donantes sienten que no tienen voz, que el Gobierno y la sociedad presta demasiada atención a la religión y a sus líderes, mientras que a los que no son religiosos se les ignora", señala desde la capital británica Hanne Stinson, directora de la British Humanist Association. Al otro lado del Atlántico, la American Humanist Association ya ha organizado una campaña similar para los autobuses de Washington con el lema ¿Por qué creer en un dios? Sé bueno por la propia bondad. Se puso en marcha la semana pasada con una previsión de 200 autobuses (www.whybelieveinagod.org). En España, la Unión de Ateos y Librepensadores estudia unirse a la campaña."Aunque las condiciones en España no son las mismas que en el mundo anglosajón, donde las alternativas de ateos y agnósticos son mucho mas respetadas, y su prestigio social es consecuencia de su permanente presencia en el mundo de las ideas", señala la asociación en su web, ateos.org.
Este nuevo ateísmo también ha irrumpido en las librerías. Una ilustre alineación de científicos e intelectuales ha emprendido la batalla dialéctica a gran escala contra la religión. Sus ensayos se han convertido en superventas. En El espejismo de Dios (10.000 ejemplares vendidos en España), Dawkins expone su hipótesis de que Dios no existe, sostiene que no necesitamos la religión para ser morales y que podemos explicar las raíces de la religión y la moralidad en términos no religiosos. El ensayista Christopher Hitchens argumenta en Dios no es bueno (Debate) que la religión da una explicación errónea del origen del ser humano y del cosmos, que causa una peligrosa represión sexual y que se basa en ilusiones. Ha vendido cerca de 150.000 ejemplares en Reino Unido y 12.000 en España. En EE UU, el filósofo Sam Harris, autor de The end of faith (W.W. Norton) pone de vuelta y media a las grandes confesiones: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Las tacha de locuras socialmente aprobadas, cuyos credos son irracionales, arcaicos y mutuamente incompatibles (200.000 vendidos).
En Italia, el matemático Piergiorgio Odifreddi ha escrito ¿Por qué no podemos ser cristianos? (RBA), que ha colocado 200.000 ejemplares en su país. En Francia, Michel Onfray se situó en 2005 entre los más vendidos con Tratado de Ateología (Anagrama), un alegato a favor del pensamiento hedonista y contra la religión. Vendió 209.700 ejemplares. Las cifras parecen indicar que aumenta el interés por la crítica a las religiones. Odifreddi, aun así, es cauto: "Hay una buena parte de la población que valora la razón y la ciencia, pero es una minoría sin mucho acceso a los medios de comunicación".
La razón de este nuevo movimiento está, irónicamente, en los propios fundamentalistas religiosos, según sostienen varios especialistas. "La beligerancia de las religiones lleva a la gente a tocar a rebato", explica el teólogo de la Universidad Carlos III Juan José Tamayo. "Las religiones han despertado de un modo social y culturalmente agresivo, porque reclaman una presencia en el espacio público; quieren intervenir en la vida privada y tener un peso político. En definitiva, quieren que los Estados sean confesionales". Una idea con la que coincide el filósofo Reyes Mate, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): "La crítica a la religión resurge cada vez que la religión se quiere convertir en principio moral de la democracia".
Cuando se habla de integrismo se suele pensar en los países musulmanes, pero también se encuentra en el corazón de Occidente. "Pienso en Estados Unidos", sigue el teólogo Tamayo. "En la campaña electoral de 2004, entre John Kerry y George W. Bush, la politización de la religión fue notable: los dos candidatos recordaban constantemente que creían en Dios". Es el caso, por ejemplo, de las escuelas de algunas zonas de Estados Unidos que quieren introducir en las aulas la enseñanza del creacionismo y del diseño inteligente (que equivale a la interpretación literal de la Biblia). Los líderes religiosos occidentales, como el papa Benedicto XVI, o los grupos evangélicos en EE UU, pretenden influir en la política porque "consideran que necesita una legitimación religiosa", señala Tamayo. Además exigen "que la ética se fundamente en un ser trascendente, ya que no reconocen a los políticos como guías morales", e imponen que los textos sagrados, que son míticos y simbólicos, sean considerados como histórica y científicamente válidos.
Esa intervención de la religión en la vida privada es la que pidió el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española, en octubre en el sínodo de los obispos de Roma. Criticó el laicismo, es decir, que las personas, la sociedad y, sobre todo, el Estado, sean independientes de cualquier organización o confesión religiosa. Lo dejó claro: "El Estado moderno, en su versión laicista radical, desembocó en el siglo XX en las formas totalitarias del comunismo soviético y del nacional-socialismo". Por eso llama a que la Iglesia participe en la vida privada e incluso en los debates legislativos.
Muchos ciudadanos en España han reaccionado. Las solicitudes de apostasía en los seis primeros meses de 2008 han sido 529, lo que supera a las de todo 2007 (287) y a las de 2006 (47), según la Agencia Española de Protección de Datos. El Ayuntamiento de Rivas, en Madrid, abrió en marzo una oficina para facilitar los trámites de apostasía. En menos de un mes recibió más de 1.100 consultas de toda España. Entre los principales motivos: la reelección de Rouco como presidente de la Conferencia Episcopal. Y no son sólo las apostasías. La práctica religiosa también desciende. Si en 1998 los españoles que se consideraban católicos eran el 83,5%, 10 años después son el 78%, según el barómetro de enero de 2008 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Las cifras, sin embargo, podrían quedarse cortas. "Ese 78% que dice que es católico, lo es por el bautismo y otros símbolos introducidos en la infancia", señala el teólogo Tamayo. "Esa educación puede que continúe o que se interrumpa y dé lugar a la apostasía o a la indiferencia, que es el fenómeno mayoritario", añade. Los datos se elevan entre los jóvenes. El 46% de los chicos entre 15 y 24 años se consideran agnósticos, ateos o indiferentes, según un informe de la Fundación Santamaría de 2005 (en 1994, eran el 22%). El 39% se define como católico no practicante y tan sólo el 10%, como católico practicante. Las razones del descenso: la "impopular" postura de la Iglesia "en temas como la ley que regula el matrimonio homosexual, el aborto o la sexualidad", según uno de los autores del informe, el sociólogo Juan González-Anleo.
Este nuevo ateísmo lucha contra la religión en la arena dialéctica. "Esa hostilidad que yo y otros ateos expresamos ocasionalmente contra la religión está limitada a las palabras. No voy a poner una bomba a nadie, ni a decapitarlo, ni a lapidarlo, ni a quemarlo en la hoguera ni a crucificarlo ni a estrellar aviones contra sus rascacielos", escribe Dawkins. De hecho, el propio lema del bus ateísta británico se aleja del dogmatismo. El probablemente reconoce que igual que no hay pruebas de la existencia de Dios, tampoco las hay de lo contrario. "No es necesario mantener una relación hosca con la religión", considera el filósofo Jesús Mosterín, miembro del CSIC. "Se puede conservar sin creérsela pero con curiosidad y simpatía, como una tradición folclórica más". Eso sí, aunque dialéctica, es una batalla sin cuartel.
La crítica a la religión es antigua pero, sobre todo desde el siglo XIX, cuenta con una aliada crucial: la ciencia. Así lo ha expuesto el premio Nobel de física estadounidense Steven Weinberg en The New York Review of Books: "Creo que entre la ciencia y la religión existe, si no una incompatibilidad, por lo menos lo que la filósofa Susan Haack ha llamado una tensión, que gradualmente ha ido debilitando la creencia religiosa, especialmente en Occidente, donde la ciencia ha avanzado más". La ciencia, enumera el Nobel, explica mejor el funcionamiento del mundo que la religión y refuta el papel del hombre como protagonista de la creación. Otro de los físicos más prestigiosos del mundo, Stephen Hawking, lo suscribe: Las leyes por las que se rige el universo "no dejan mucho espacio para milagros ni para Dios".
Ciencia y religión no pueden convivir en paz, añade el matemático Odifreddi. "La ciencia acepta verdades basadas en confirmaciones empíricas y deducciones matemáticas y lógicas. La religión, al menos la católica, se refiere a un libro de hace 2.000 años y a pronunciamientos dogmáticos de concilios y del Papa. Es difícil imaginar métodos más opuestos".

Pero ¿podemos vivir sin Dios? La respuesta de los científicos, filósofos y teólogos no es unánime. El Nobel Weinberg confiesa que no es fácil no creer, pero está convencido de que la creencia declina inevitablemente en Occidente. Y añade que aunque las prácticas religiosas se mantengan durante siglos, no está tan seguro de que la creencia perviva. "Hay que distinguir la religión, que es construcción social, de la experiencia religiosa, que es personal", matiza Tamayo. "Las iglesias son instituciones, con un atractivo político y social, que incluso hoy pocas veces implican creencias profundas", añade Odifreddi, "por lo que pueden sobrevivir aunque la fe languidezca". "En el futuro seguiremos creyendo, porque lo llevamos de fábrica", argumenta el físico Jorge Wagensberg. "La psicología del desarrollo, la antropología cognitiva y la neurociencia señalan que evolutivamente estamos programados para creer".

Otros están convencidos de que la ciencia es la respuesta. "¡Todos creemos en algo!", concede el matemático Odifreddi. "La cuestión es qué debemos creer; yo creo que la ciencia puede ofrecer incluso una concepción espiritual del mundo, al mostrar cómo tras el aparente caos del cosmos descansa un orden profundo". Su conclusión es clara: "La ciencia es hoy la religión verdadera, mientras que la vieja religión es sólo superstición. Así que si alguien quiere creer en algo, puede creer en la ciencia y su manera de ver el mundo".

HOMBRE Y VIDA



1.1. El hombre y la vida


¿Qué es el hombre?
Resulta difícil definir una realidad tan compleja como el hombre. Ésta puede ser analizada desde dos puntos de vista:
 Biológicamente, es un animal más de la naturaleza, una especie que ha evolucionado y se ha extendido por toda la Tierra.
 Culturalmente, es un ser social que se ha reunido en grupos con una organización altamente compleja de convivencia llamada sociedad
El animal y el hombre
El animal y el ser humano comparten una serie de características, pero a la vez mantienen unas diferencias que hacen de este último una especie única. La variación entre el genoma del ser humano y el del chimpancé, nuestro pariente más cercano, es solo de un 1%. Sin embargo, esta variación hace que el cerebro humano posea una estructura única que da lugar a dos diferencias fundamentales:

 El ser humano es capaz de crear y transmitir cultura a través del lenguaje. La cultura es el conjunto de conocimientos, costumbres, creencias, arte, derecho, moral, etc., propios de una sociedad.

 El ser humano tiene conciencia de la realidad de vivir. Esto le permite ser capaz de anticipar lo que va a hacer con su vida, tener proyectos y pensar en cómo ponerlos en marcha.

La capacidad humana de decidir
Puesto que el hombre tiene conciencia de su vida, puede orientarla y decidir sobre su futuro. Así, elabora proyectos y planea cómo llevarlos a cabo. Sin embargo, muchas personas se sienten desorientadas, no saben lo que quieren y piensan que su vida no tiene sentido. Por ello, los psicólogos dicen que una de las claves de la felicidad es ser capaces de elaborar proyectos e irlos cumpliendo. En la medida en que logremos culminar un proyecto empezaremos a pensar en el siguiente.

En la realización de todo proyecto es preciso tomar decisiones, por eso éstas desempeñan un papel esencial en nuestras vidas. A la vez que nos desarrollarmos como personas, progresamos en la capacidad de ser coherentes a la hora de tomar decisiones importantes.

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1.2. La condición humana

La persona y la condición humana
Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, compartimos un conjunto de características que nos definen como grupo y nos diferencian de otras especies animales. Además, todos los seres humanos llevamos implícita la condición de ser persona. Luego, a lo largo de la vida, desarrollamos esta condición, lo que supone un incremento de la capacidad de orientar la propia vida y de ejercer la capacidad de elegir.

El ser humano es un ser social que necesita de la relación con otras personas para desarrollarse. Por tanto, todo desarrollo personal exige la existencia de un espacio compartido en el que el ser humano se relacione con otros humanos e intercambie cosas, pero también ideas, pensamientos, sentimientos, estados de ánimo, etcétera.

La identidad personal
Todos somos iguales en tanto que pertenecemos a la especie humana. Sin embargo, cada persona es diferente y única y posee su identidad personal.

La identidad personal es la conciencia de uno mismo como entidad separada del mundo exterior. Ésta se construye a lo largo del tiempo acompañando a nuestro proceso madurativo, aunque es en la adolescencia cuando se sientan las bases que se consolidarán en la edad adulta.

Los interrogantes del ser humano
A lo largo de su vida, las personas construyen su personalidad, forman su manera de ser y adquieren una serie de valores. Ello es posible mediante el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas.

Además, el ser humano está abierto a la trascendencia y se plantea y busca respuesta a numerosos interrogantes en torno a su existencia:

 Interrogantes relativos a la condición humana: son aquellos que intentan dar una respuesta ante los grandes enigmas de la vida, como la naturaleza del hombre, el sentido de la existencia o problemas como el sufrimiento o la muerte.

 Interrogantes morales: son aquellos que intentan responder a preguntas como ¿qué debo hacer?, ¿qué valores deben guiar mi comportamiento y mi relación con los demás?, etcétera.

 Interrogantes técnicos y culturales: son aquellos que permiten responder a los retos, aspiraciones y dificultades de la vida cotidiana en nuestras sociedades.



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1.3. La personalidad
A lo largo de la vida construimos una identidad personal propia y todo aquello que da sentido a la tónica general de nuestro comportamiento es nuestra personalidad.

La personalidad es el conjunto de características que determinan la forma de ser y actuar de una persona. Los rasgos de nuestra personalidad vienen definidos por una red de sentimientos, emociones, afectos, deseos, etc., así como por la inteligencia y la memoria.

Los sentimientos
Los sentimientos son el conjunto de emociones, sensaciones y afectos que se originan en nosotros cuando nos relacionamos con las cosas y con otras personas que nos rodean.

Los sentimientos afectan a nuestro estado de ánimo, influyen en nuestro comportamiento y nos producen sensaciones de placer o de dolor. ... Son herramientas muy útiles para la relación personal (emocional y afectiva) con personas, animales y cosas, y con uno mismo (pensamientos, deseos, ilusiones, fantasías, sueños, etcétera).

La inteligencia
La inteligencia es la capacidad de dirigir nuestro comportamiento para enfrentarnos con éxito a situaciones nuevas y relacionarnos con el entorno.

Sin embargo, la inteligencia no sólo maneja conocimientos. De hecho, aprender a reconocer y utilizar los sentimientos y las emociones es muy importante para afrontar las situaciones y problemas de nuestra vida.

La llamada inteligencia emocional es la capacidad para tratar con nuestros estados de ánimo, sentimientos y emociones y relacionarnos de manera positiva y afectiva con las cosas y con los demás.

La inteligencia es fundamental a la hora de utilizar todo nuestro conocimiento, información y capacidad afectiva para elaborar las estrategias necesarias que guíen nuestro comportamiento.

Puesto que no vivimos solos sino en sociedad, además de la inteligencia individual, que es la propia de cada persona, podemos distinguir una inteligencia social, que es la capacidad que tiene una colectividad o una sociedad en su conjunto, para dirigir su comportamiento ante los retos que aporta el futuro y organizarse de una forma más justa.

La memoria
La memoria es muy importante para nuestra indentidad personal, pues nos permite tener una idea de nosotros mismos a lo largo del tiempo. ...Somos memoria y sin ella sería imposible desarrollar la propia personalidad. La memoria nos permite conectar nuestras experiencias pasadas, presentes y futuras como pertenecientes a un mismo sujeto -el yo-. Gracias a ella podemos evaluar nuestra propia vida, rectificar los errores y encaminarnos hacia el futuro.



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1.4. El punto de partida: el espacio ético

Las condiciones para el desarrollo de la persona
Al espacio en donde se dan las condiciones para el desarrollo de la persona, tanto materiales como morales, lo llamamos espacio ético.

Entre las condiciones necesarias que deben darse en ese espacio ético para que una persona se desarrolle en plenitud destacan el respeto a la dignidad, la igualdad y la libertad de todos los seres humanos.

 La dignidad implica disponer de unas condiciones materiales y sociales mínimas que permitan a la persona tener una vida adecuada, pero también debemos considerar que la persona es un fin en sí misma y no un medio para fines propios o ajenos.

 La igualdad supone relacionarse de igual a igual con las personas del entorno sin ningún tipo de discriminación o desventaja por razones de sexo, raza, religión, ideas políticas o cualquier otra.

 La libertad implica que la persona, hombre o mujer, pueda tomar decisiones responsablemente, sin condicionantes externos o coacciones.

Efectivamente, toda persona tiene que ser libre para poder hacer con su vida lo que estime más conveniente. Si no somos libres, no podremos hacernos responsables de nuestros actos.

El ejercicio de la libertad
La libertad es la facultad natural que tiene el hombre para obrar de una manera u otra, o para no obrar. ... Se trata de una cualidad íntimamente relacionada con la responsabilidad, ya que sólo un hombre libre puede responsabilizarse de sus actos.

¿Somos realmente libres? En muchas ocasiones las actividades del hombre están condicionadas por las circunstancias en las que le ha tocado vivir (lugar, época histórica, entorno, etcétera).

Así, en el ejercicio de la libertad el ser humano encuentra los siguientes límites:

 Las pautas de conducta que le indican lo que debe y lo que no debe hacer.

 El hecho de vivir en comunidad, que le impone la necesidad de limitar su libertad para garantizar la libertad ajena.

Muchos pensadores opinan que, aun así, el ser humano puede elegir a pesar de cualquier límite o condicionante que se le imponga.

El ejercicio de la libertad puede observarse desde dos dimensiones:

 Desde la dimensión actual permite la realización personal.

 Desde la dimensión histórica favorece que las sociedades sean cada vez más justas.

Ambas dimensiones están estrechamente conectadas. Lo que hagamos en la historia condiciona nuestras posibilidades presentes de realización personal y, a su vez, éstas sientan las bases de lo que será la sociedad futura.



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1.5. Moral, ética y política
La moral, la ética y la política son las tres dimensiones de la acción del hombre. ... La moral y la ética confluyen en la política porque sólo podemos alcanzar una vida buena en un entorno adecuado de convivencia.

¿Qué es la moral?
La palabra moral viene de mos, que significa "costumbre" o "habito".

La moral es el conjuto de comportamientos, actitudes y valores que se transmiten mediante la costumbre o la tradición dentro de un grupo humano determinado y que obliga a todos sus miembros.

La moral guía nuestras actuaciones y nos indica lo correcto o incorrecto de una acción. Las morales particulares de las personas pueden coincidir en muchos aspectos, pero también diferenciarse en algunas exigencias. Estas diferencias son mucho mayores entre miembros de diferentes culturas. Así, lo que en una de ellas puede ser normalmente aceptado, en otra puede ser objeto de una prohibición muy severa.

¿Qué es la ética?

La palabra ética viene de éthos, que significa "carácter".
La ética es la reflexión de carácter filosófico, basada en el análisis crítico y la razón, sobre la oportunidad y conveniencia de las distintas morales, pero también la formación y consolidación del carácter mediante la adquisición de una serie de hábitos o costumbres.

La reflexión ética consiste en:

 Someter a crítica nuestros propios criterios morales y los de los demás. Este ejercicio proporciona una idea, más o menos razonada, de lo que está bien y lo que está mal, y conformar una moral particular, que suele coincidir en lo esencial con la de otras personas del grupo social o cultural.

 Reflexionar sobre la propia vida. Esta actividad permite plantearnos su sentido, hacia dónde nos dirigimos y qué nos proponemos.

 Buscar las razones por las que defendemos una idea y no otra. La reflexión ética exige que nos responsabilicemos de nuestras opiniones y que las defendamos con argumentos.

Qué es la política?
La política es la disposición a reflexionar sobre la administración y el gobierno de una sociedad y a actuar sobre ellos mediante el uso del poder y la autoridad. También consiste en realizar el análisis de los principios ideológicos desde un punto de vista ético.

Actuar en política podría considerarse una de las actividades más nobles del ser humano, ya que implica una labor de servicio hacia los demás en la que se intentan superar conflictos y problemas mediante el sentido común y el diálogo. Sin embargo, en ocasiones se utiliza como medio para obtener el beneficio individual de dominio sobre la sociedad.




martes, 10 de noviembre de 2009

EL COLOR DE LOS SUEÑOS

Muchos son los cambios que se operan al interior de la Institución. Nuestro compañero Eusebio lo quizo ser el mas extremo. Su figura es ahora imagen corporativa. Bien por esa compañero..!suerte y que su sueño  se haga realidad por ahora ya lo vemos mas esbelto.
Con las aulas especializadas también llegó la revolución femenina. Cambios para tener una imagen mas agradable.
Incluso los muchachos ya están cambiando han enterrado esos escarceos que los hacia matriculados de ilusiones y graduados de nada.
Y sigo llevando en el alma jovenes luchadores, alegres. que no se arredran ante nada que no capitulan. Jovenes que llevan la égida IENSEC y que saben luchar y esforzarse por salir de las vicisitudes. A esos compañeros llevamos nuestra voz de aliento. para que se recuperen, para que alcancen sus sueños. para que sigan siendo valiosos y amen. DIEGO, NO ESTÁS SOLO!

lunes, 9 de noviembre de 2009

TIEMPOS PARA SOÑAR


Muchas son las expectativas que despierta en el alumnado el arte IENSEC. Un instante en el tiempo para compartir el otro "yo", el lúdico, el de la esperanza, el de la ilusión. El de la sonrisa y ante todo el de los sueños. Porque convivir en IENSEC es vivir otro momento. Es compartir con el otro una visión de humanismo.

Era significar con los aires del sur del continente que los jóvenes tambiém, saben de expresiones de pueblos hermanos y admirar otras culturas.




Ir en la comparsa de los 50 años era compartir una visión de fe, de alegría de remembranza de querersela gozar sin penas ni tapujos, con entusiasmo con vitalidad de joven.


El teatro tuvo su "creación". Jovenes con pasta de dramaturgos escenificando pareceres y recreando aconteceres. Ellos y ellas fueron por un momento los reyes del mundo y con el gesto y la palabra bañaron de razones una historia colectiva. 


Los niños también tuvieron su oportunidad y disfrutaron con su frescura de un momento inolvidable




¡ LA REGENERACIÓN!

El Santo Grial de la medicina regenerativa es, justamente, la regeneración: lograr un modo de imitar lo que hacen las lagartijas con su cola. Que vuelva a crecer la cola implica el equivalente biológico de invertir la flecha del tiempo para recapitular el desarrollo del embrión. Los científicos han descubierto ahora un esencial mecanismo genético que está detrás de ello. El trabajo de Scott Stewart y Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk de California, se presenta en PNAS.


Es difícil imaginar mejor medicina regenerativa que la practicada por lagartijas, salamandras, otros anfibios y algunos peces, que son capaces de recomponer sus extremidades amputadas. Algunas salamandras como el ajolote mexicano también pueden recuperar trozos de órganos, incluido el corazón. La regeneración fue objeto de gran interés científico en el pasado. Se abandonó hace 30 años por inmanejable, pero los progresos de la genómica y la biología del desarrollo permiten replantear la cuestión.

La capacidad de regeneración no se debe a que el pez cebra, en este caso, haya inventado un nuevo programa genético para hacer colas. Lo que hace el pez es invertir la flecha del tiempo y reactivar el mismo programa que ya hizo la cola durante el desarrollo del embrión. Los científicos del Salk han comprobado este principio para todos los genes clave que rigen el desarrollo embrionario de la cola. Todos se reactivan con la misma pauta durante la regeneración.

Las personas, por tanto, tenemos los genes necesarios para regenerar un miembro o un órgano -los que hicieron el miembro o el órgano en primer lugar-, y nuestro problema es que, a diferencia del pez cebra, no podemos reactivarlos. En algún momento de la evolución de los vertebrados, los mamíferos olvidaron cómo invertir la flecha biológica del tiempo.

La cuestión tiene una relación directa con dos frentes de investigación recientes. Primero, las nuevas células madre (iPS), que son tan versátiles como las embrionarias, pero se obtienen retrasando el reloj de simples células de la piel o el pelo. Y, segundo, la posibilidad de que el cáncer se deba también a una desdiferenciación de células diferenciadas, por la que éstas recuperarían su condición de células madre.

¿Qué es esa flecha del tiempo? No está claro, pero Izpisúa y su equipo sospecharon que tendría mucho que ver con los mecanismos celulares de la memoria, y han dado en el clavo.

Durante el desarrollo embrionario, las células son asignadas a un destino según su posición, pero luego deben recordarlo mientras se mueven y proliferan. Esa memoria es de naturaleza epigenética (encima de los genes). No está contenida en la secuencia de letras del ADN (agcctaag...), sino en otras cosas que se le pegan encima. Las esenciales son unas proteínas llamadas histonas y algunos de los radicales más simples de la química orgánica, como el metilo (-CH3), que puede modificar a las propias histonas.

Una célula madre del embrión tiene una configuración genética muy abierta; según se va especializando, muchos de sus genes se van cerrando por la metilación de sus histonas. Pero los genes reactivables por una amputación -los mismos que hicieron la cola cuando el pez era un embrión- se cierran en falso en las células próximas a la cola. Su combinación de modificaciones en las histonas no significa off, sino stand by.

Los autores creen probable que este mecanismo, después de todo, sí funcione normalmente en las personas, aunque a muy bajo gas, y que sea el responsable de la renovación constante y paulatina -homeostasis- de la piel y los endotelios que recubren el tubo digestivo, y tal vez de otros órganos. De ser así, tal vez haya un modo de estimular estos procesos.

¡POR ALLÁ LLUEVE..Y POR AQUÍ?

La Consejería de Educación pretende reforzar la autoridad y el respeto a los docentes a través de la reforma que está preparando de los reglamentos de organización de los centros. "Nos estamos mojando a favor del profesorado", dijo ayer la consejera de Educación, Mar Moreno, en referencia al debate abierto sobre este asunto. La Comunidad de Madrid pretende que los maestros y profesores estén reconocidos en su normativa autonómica como "autoridad pública", lo que supone que las agresiones a los docentes sean consideradas como atentado. Andalucía no llegará tan lejos. Pero sí "promoverá ante la fiscalía la calificación como atentado de las agresiones, intimidaciones graves o resistencia activa grave que se produzcan contra el profesorado" cuando esté trabajando. Los fiscales andaluces llevan tiempo aplicando esta medida en el caso de docentes y personal médico.


La Junta también tiene previsto otorgar al profesorado la "presunción de legitimidad" ante la Administración "en el ejercicio de las funciones propias de sus cargos". Además, cuando se produzca una agresión a un docente, los consejos escolares podrán reprobar estas conductas. Educación prestará asistencia jurídica y psicológica a los docentes que se vean envueltos en un proceso judicial, algo que en este momento ya ocurre. La reforma de los reglamentos de organización también incluirá una carta de derechos de los profesores. Tendrán, por ejemplo, derecho a "recibir la colaboración activa de las familias, a que estas asuman sus responsabilidades en el proceso de educación y aprendizaje de sus hijos e hijas y a que apoyen su autoridad". Los docentes también deberán recibir el "respeto del alumnado". Y los estudiantes tendrán que asumir "su responsabilidad de acuerdo con su edad y nivel de desarrollo, en su propia formación, en la convivencia, en la vida escolar y en la vida en sociedad". Los docentes deberán recibir "el respeto, la consideración y la valoración social de la familia, la comunidad educativa y la sociedad".

La reforma de los reglamentos orgánicos supondrá además una actualización del régimen disciplinario de los centros. Según detalló ayer Moreno, está previsto que se incluyan como faltas graves o muy graves el acoso escolar reiterado contra algún alumno o difundir agresiones o tratos vejatorios a través de Internet.

Los reglamentos -que ahora Educación negociará con todos los sectores del sistema educativo- también prevén un "refuerzo del papel de las familias". Los padres podrán firmar compromisos individuales sobre la educación de sus hijos o sobre asuntos de convivencia. Esta posibilidad ya estaba recogida en la Ley de Educación (LEA), aunque no se había regulado. Los consejos escolares, que ganarán peso, harán un seguimiento de estos compromisos.